Jacmel

Hace dos semanas grabamos "Jacmel", mi última composición, basada en un canto espiritual haitiano que grabé con Steeve Valcourt, en la escuela donde él trabaja, justamente, en Jacmel, a cinco horas de Puerto Príncipe.

El otro invitado especial fue Omar Hakim. Omar es uno de los bateristas más importantes de las últimas décadas. Tocó con Miles Davis, Sting, Wayne Shorter, Herbie Hancock, David Bowie y un apabullante etcétera. Mi mentor y amigo George Garzone lo invitó a grabar y le envió un tema que habíamos hecho con John Patitucci y Hugo Fattoruso, para que tuviera referencia del estilo. A los pocos días recibí un correo del mismo Omar que me contaba que le había encantado la música y que con mucho gusto participaría de la grabación. ¡Boom! Sin vueltas. Para ese entonces tenía un 3,8% del tema escrito, así que empezaba la recta final para escribir el 96,2% restante.

Hace muchos años que escucho a Omar. Pero verlo tocar en vivo, a dos metros de distancia, y encima, tocar mi música, fue un recuerdo maravilloso que nunca olvidaré. Sin embargo, lo que más me impresionó fue su calidez y profesionalismo. Omar fue el primero en llegar al ensayo y el último en irse. Al final del ensayo, se acercó y me preguntó si le gustaba lo que había escuchado y me pidió sugerencias de cómo aproximarse a determinadas secciones de la música. Algo similar sucedió al día siguiente, en el estudio de grabación. Omar llegó una hora y media antes, realizó una intensa rutina de calentamiento, y durante la grabación no descansó un minuto. Apenas terminamos, se fue directamente a la sala de control a escuchar lo que habíamos grabado. Hizo todo con una intensidad y pasión como si estuviera grabando el disco definitivo de Madonna, con quien trabajó durante diez años.

Omar nos dejó una enorme lección de profesionalismo y pasión por la música. Estos gigantes no llegan tan alto simplemente por su talento, sino por la entrega que ponen can cada uno de los proyectos en los que participan. ¡Gracias, Omar!